Técnicas para centrar la arcilla en el torno

¿Qué es centrar la arcilla en el torno?

Centrar en el torno es el proceso de colocar una bola de arcilla o pella totalmente alineada con el eje del torno. Es decir, hacer que la masa gire uniformemente entre las manos sin ninguna vibración o movimiento brusco. Cuando centramos, además, hacemos que las partículas de la arcilla se ordenen todas en una misma dirección dándole así a la masa una consistencia físicamente estable para poderla trabajar.

¿Por qué es importante centrar el barro en el torno?

Centrar el barro en el torno es crucial para poder trabajar la masa en el torno y que no se tambalee o vibre durante el proceso de trabajo. Además es la única manera que la pieza de cerámica final tenga una forma uniforme y simétrica, una pieza hecha con una arcilla descentrada siempre tendrá deformaciones posteriores. Si no centramos la arcilla, habrá formas que no lograremos hacer ya que la masa no tiene estabilidad y en cualquier momento se nos desmoronará y habremos perdido el trabajo realizado.

Es importante invertir tiempo en aprender a centrar el barro, ya que esto es la base para ejecutar con éxito los pasos posteriores y realizar una pieza perfecta.

Consejos para centrar la cerámica en el torno

1. Preparación Previa

Antes de comenzar a centrar la arcilla en el torno, es importante preparar los materiales necesarios y asegurarse de que el Torno esté limpio y en buen estado. Esto incluye tener a mano una bola de arcilla, un recipiente con agua y herramientas para tornear como: espátulas de madera y/o metal, esponja, hilo de cortar, punzón y un pequeño cubo con agua o barbotina

Con la práctica irás descubriendo que herramientas son más útiles para el tipo de piezas que quieras crear o con cuáles puedes sentir mayor comodidad en tus trabajos.

2. Amasado de la arcilla

Cada paso en el proceso de tornear es importante y cada uno de ellos es como el eslabón de una cadena que lleva al siguiente paso. Si uno no se hace correctamente, el siguiente se verá afectado. 

El primer eslabón o paso para empezar a tornear es amasar bien la arcilla

Para amasar el barro debemos colocar nuestras manos sobre él y, encima de una mesa de madera, ir trabajándolo hasta lograr una masa compacta y sin burbujas de aire.

A diferencia de la masa de pan, no queremos que quede esponjoso y aireado sino al contrario, queremos que el barro quede homogéneo y sin aire en el interior.

Para verificar si está bien amasado debemos cortar la masa por la mitad con el hilo de cortar. Con esta verificación veremos si hay pequeñas cavidades de aire o si por el contrario la masa está compacta. Si hay aire, volvemos a juntar las dos partes y seguimos amasando, si ya estaba compacta, volvemos a juntar las dos partes y damos un par o tres de vuelas más para unificar el corte.

Ahora toca darle forma de bola bien redondeada y sin pliegues, cuanto más uniforme esté, más fácil nos será empezar a centrar.

3. Posición corporal adecuada

Para centrar la arcilla en el torno, debes estar sentado con la espalda recta, los pies firmes en el suelo y los codos apoyados en tu cuerpo. Es importante mantener los hombros relajados, no inclinar excesivamente la cabeza hacia adelante para no sobrecargar las cervicales y mantener siempre puntos de equilibrio y compensación de fuerzas con el cuerpo. También es importante descansar a menudo y levantarse de la silla del torno para no sobrecargar la espalda. 

Al principio es normal tener el cuerpo en tensión ya que son muchas cosas a tener en cuenta pero con el tiempo debes aprender a relajar las zonas del cuerpo y de las manos que no es necesario que estén en tensión o ejerciendo fuerza, esto te ayudará mucho a mantener una buena salud corporal y no cansarte  innecesariamente.

4. Pegar la bola de arcilla en el torno

El siguiente paso es pegar la bola de arcilla al plato del torno. Para ello tiramos la bola en el centro con un golpecito firme, no es necesario dar un golpe fuerte, ni tampoco es necesario mojar el plato ya que todo esto puede hacer que la bola se desplace y se deforme. Con un golpecito suave y direccionado al centro del torno es suficiente.

Nos aseguramos que esté bien pegada y ya podemos empezar!

5. Subir el barro

Posición de las manos:

Imagínate un reloj: la mano izquierda estará a las 6 y la mano derecha a a las 2, aproximadamente.

Ejecución:

Con la pella de arcilla en el centro del plato y el torno girando a una velocidad moderada-alta, mójate las manos y presiona suavemente con la mano izquierda mientras el codo izquierdo está apoyado en tu cuerpo. La presión debe ser firme pero no excesiva, y se debe ejercer una fuerza uniforme en la bola de arcilla. Mientras, la mano derecha presiona en sentido contrario. La forma de las manos son como cucharas que se adaptan a la masa de arcilla como si quisieras “estrujarla”.

Debes estirar el barro hacia arriba como si hicieras un cono lo más uniforme posible.

No muevas tus manos de forma rápida. Uno de los mayores errores es querer ir deprisa. El barro necesita su tiempo para colocarse, si corres no avanzarás.

6. Bajar el barro y centrarlo

Posición de las manos:

En el símil de un reloj, la mano derecha estará a las 4 y la izquierda a las 9.

Ejecución:

Con las manos siempre mojadas y el barro deslizándose suavemente, coloca la mano derecha en la parte superior del cono que ya has hecho e imagínate que es una torre que tienes que bajar hasta el centro del plato.

Con las dos manos haz una ligera presión hacia abajo y al centro al mismo tiempo, mientras el torno sigue girando, ves direccionando el barro con la mano derecha hacia el centro con una ligera inclinación hacia las 11 y con la mano izquierda presiona suavemente hacia abajo.

No corras, tus manos se deben mover lentamente para que la arcilla pase entre ellas y se coloque en el centro.

7. ¿Cuántas veces hay que bajar y subir el barro para centrar?

Repite estos movimientos tantas veces como sea necesario hasta que el barro en tus manos no tenga ninguna vibración. Con la práctica, lo ideal es poder centrar el barro con 3 o 4 veces (subidas y bajadas); así evitarás que el barro se humedezca demasiado y que pierdas demasiado material.

8. Verificación del centrado

Una vez que la bola de arcilla está centrada, verifica la posición con cuidado. Haz girar el torno y con las manos encima de la bola no debes sentir ningún temblor. 

Si te cuesta percibir si el barro está o no centrado (esto es normal al principio, con el tiempo y la práctica lo percibirás con facilidad)  pon las manos encima de la bola de arcilla y cierra los ojos, esto hará que la sensibilidad de tus manos sea mucho más aguda. Esta es una práctica muy interesante ya que te ayuda a desarrollar la sensibilidad en las manos.

Si no está centrada, no te desanimes ¡sigue insistiendo hasta lograrlo!

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